lunes, 4 de mayo de 2009


Escuchaba ecos, una y otra vez. Su voz tan suabe, como rosandome el oído. Hoy, solo hoy me di cuenta de la ayuda que me han brindado las claves palabras de tí. Fuí reconstruyendo en mi imaginación el ámbito de tenerte, tus ojos mirandome, ... luego, de golde, el cielo que se cubre de nubes amenazadoras, los estruendos anunciadores y, por ultimo la tormenta que se desencadena, antes de apaciguarse, desaparecer y dejar lugar a la naturaleza renaciente después de la lluvia. ¿Cuántas veces escuché tu voz?, tuve tantas dificultades para entender lo que es enamorarse. Durante un tiempo me sentí perdida.

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